miércoles, 26 de febrero de 2014

LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA EN ESPAÑA

La diversidad lingüística en España

Javier Cubero 


Cuando se pronuncia el nombre de un determinado país se suelen asociar a éste ciertos estereotipos fosilizados, por su uso y por su abuso, en el saber popular. La simplificación que conlleva el tópico conduce a una imagen uniforme y deformada de las complejas y variadas realidades que puede ofrecer cualquier Estado que atesore una larga Historia. De este modo, podría parecer que en España todas las personas gozan de la siesta, beben vino o sangría, comen paella, gustan de los espectáculos taurinos y hablan español. No se puede afirmar que la anterior sentencia sea totalmente falsa, tampoco que sea cierta, sino que no se ajusta a la realidad, y la realidad en España es un concepto plural que requiere muchos más matices que los que en este artículo se pueden ofrecer. En las líneas que aquí empiezan no se hablará de gastronomías o de costumbres, pero sí de esa parte esencial de la cultura que suponen los idiomas y de cómo las lenguas están fuertemente ligadas a la identidad de los colectivos humanos, identidades que, por otra parte, son difícilmente comparables.
Los españoles hablan español, pero no sólo español; una gran parte de la población es bilingüe y, en algunas ocasiones, trilingüe. El castellano, en un avance histórico continuo alcanzó todos los rincones de la geografía española, cruzó los mares y se alojó en lugares muy lejanos de la Península Ibérica, especialmente en América, donde crece con vigor enriqueciendo el importante acervo de los hispanohablantes. Esta lengua castellana o española, los dos nombres responden hoy en día al mismo idioma, se realiza gracias a una gran riqueza de dialectos y variedades, de algunas de estas formas de hablar tratará este texto, pero se ocupará especialmente de las otras lenguas que conviven en las tierras españolas.
La palabra "dialecto" motiva, con frecuencia, actitudes defensivas y puede herir algunas sensibilidades, extraña reacción en tanto que todos hablamos algún dialecto, puesto que la lengua es siempre una entidad abstracta que engloba los distintos modos en que ésta se produce. No se pretende aquí avivar esta polémica y se utilizará la palabra "lengua" en su sentido más amplio, al entender que cuando se habla de un idioma estándar se hace referencia a un objeto sólo existente en los manuales y diccionarios, pero no en la vida cotidiana, en la que nos comunicamos con nuestras propias variedades de algún idioma distinguible de otros.

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